martes, 27 de julio de 2010

Paseos por Zaragoza: galachos de Juslibol





Galacho es una palabra aragonesa que se refiere a los meandros (curvas) del río abandonados. La erosión de la corriente en una orilla del meandro y el depósito de materiales en la otra, hace que estas curvas se vayan cerrando hasta formar lagos (galachos) separados del curso principal del río, pero comunicados con éste por filtraciones subterraneas de modo que siempre tienen el mismo nivel de agua (por aquello de los vasos comunicantes). Son zonas muy fériles, que suelen estar rodeadas de sotos (bosques de ribera) y tierras de cultivo y habitadas por decenas de especies: aves (algunas de ellas migran desde África, aunque el cambio climático está condicionando nuevas costumbres en este sentido), animales acuáticos...
En el caso de los galachos de Juslibol, además, encontramos un sobrecogedor contraste de paisajes. Todo el valle del Ebro, como sabréis, fue un mar cuya agua poco a poco desapareció mientras su sal se depositaba. Esto condiciona los desiertos que rodean Zaragoza, donde la salinidad de la tierra dificulta el nacimiento de la mayoría de especies vegetales y, por tanto, la vida en general. Así, estos galachos se convierten en una explosión de biodiversidad ya que en unos cuantos metros cuadrados pasamos de lagunas y bosques a la aridez y su rudeza.
Os ponemos como muestra unas poquitas fotos (en septiembre habrá una exposición de fotografías del lugar donde podréis haceros una idea mejor; os avisaremos) y os animamos a acudir uno de esos domingos que debemos permanecer en la ciudad. Existe un centro de interpretación hasta el que llega un trenecito que sale del barrio de Juslibol. Un consejo es que evitéis los meses estivales, ya que los mosquitos pueden quitaros las ganas de disfrutar de los senderos.

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