Jánovas fue el lugar elegido para uno de esos embalses que pueblan el Pirineo pero, en este caso, como veis, nunca llegó a inundarse y los vecinos reivindican que se les devuelvan las tierras; ahora yermas. Impresionante el paseo por sus calles. Os dejamos una foto de la fuente-abrevador, con un curioso relieve de dos serpientes enroscadas que muerden los caños, y una panorámica general de lo que fue un extenso pueblo y el puente colgante (y helado cuando lo atravesamos nosotros) por el que se accede.
El siguiente núcleo que visitamos es ya Campol, en un lugar privilegiado que cuenta con vistas espectaculares y sosiego revitalizante. La mayoría de sus casas se mantienen en pie y están relativamente bien conservadas, aunque tapiadas.
Siguiendo por una carreterucha alcanzamos Yeba, sorprendentemente habitado teniendo en cuenta que no hace mucho que disponen de electricidad. A partir de aquí, hacia Buerba, el camino es incierto y sería recomendable explorarlo sólo con todoterreno si se quiere llegar hasta Vio, que corona el Cañón de Añisclo plantándole cara a Monteperdido. ¿Lo reconocéis en la foto?
Desde allí, ya por carretera, se baja fácilmente hasta San Úrbez (ermita conquistada a la roca en pleno Cañón) y podéis volver a Boltaña atravesando Fanlo, que en verano hasta tiene bar-terraza. En la foto que os dejamos, podéis ver al fondo Peña Montañesa, que domina el valle de Vio.


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