martes, 14 de diciembre de 2010

Viajes y rutas: Landas, diciembre 2010 (y II: desde Burdeos)



Burdeos es una bonita ciudad multicultural (del estilo del barrio de San Pablo, en Zaragoza) que se extiende a la orilla de un Garona a punto de adentrarse en el mar, lo que le aporta luz y elegancia que intenta asemejar a las de París. Muy cerquita (y muy próximo a la salida de la autovía, lo que lo hace muy útil) se encuetra abierto todo el año el Camping del Lago, desde el que que viajar a oeste y este en busca de lugares únicos en Europa (¡a sólo 500 km de nuestra ciudad!)


Por ejemplo, hacia la costa cantábrica nos encontramos con Arcachon: un pueblecito de preciosas casas-palacete que a veces recuerdan un poquito a algunas de las de Santander. Todas son diferentes, por lo que es difícil describirilas, pero el paseo resulta muy agradable. Allí encontraréis este "tembloroso" observatorio desde el que está hecha la foto, en el que colaboró un joven Eiffel. Pero, lo mejor de Arcachon, es lo cerquita que está de la Duna de Pyla (a unos 8km al sur)


Se trata de la mayor duna de Europa, con ¡3km! de largo y unos impresionantes 108m de alto. Su base alcanza los 500m y desde ella se divisisa toda la bahía (hastadonde el Cap Ferret la separa de un bravo mar abierto) de un lado y un interminable pinar del otro. ¡Ni siquiera sabía que existía algo así fuera del desierto! Si por cualquier motivo pasáis cerca, ¡hay que subir! Aparcar el coche cuesta 1€ (puedes entretenerte todo lo que quieras), pero la zona está muy bien preparada, con mesas para comer en el bosque, baños, carteles informativos a cerca de la formación de la duna... Ojo, según la guía que utilizamos, en temporada alta debe rebosar de turistas.


Si desde Burdeos tomas la dirección contraria, hacia el interior, te encuentras con kilómetros y kilómetros de viñedos que le han ganado la partida al bosque. Entre ellos, "Chateaux" donde comprar todo el vino que puedas cargar e interesantes pueblecitos medievales amurallados como Cadillac (1º) y el menos turístico pero más rústico Saint Macaire (2º). Os gustarán, pero el que no os podéis perder es Sain Emillion (sí, por está zona todos los pueblos son Santos).

Cadillac, una de las puertas de la ciudad


Saint Macaire, plaza del mercado


Saint Emillion

A quienes lo probaron, les encantó uno de sus vinos blancos dulces; pero lo que merece la pena ver aquí, aun pagando los 6,20 € que cuesta la visita guiada (por una joven francesa con un español perfecto) a las catacumbas y la mayor iglesia subterranea de Eurpa. Impresionante cómo vaciaron en el siglo 12 las calcáreas entrañas de la ciudad para construir kilómetros y kilómetros de pasadizos y una iglesia de 11m de altura, con un sistema de drenaje de las aguas envidiable aun hoy en día. Es una lástima que más tarde descentraran el campanario (que se ve en la foto) y tengamos que visitarla (no es posible sin guía) vestidos sus pilares de modernos artefactos que los refuerzan

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