Con la excusa de que Hallowen es en realidad una tradición celta, desde hace algunos pocos años se va extendiendo en todos los pueblos de España esta celebración típica de Estados Unidos... ¡y bienvenido todo lo festivo!...¿o no? Después de una larga noche de aquelarre y baile, estas máscaras de ¿trols? que hicimos por menos de 50 céntimos cada una con cartulina, lana, pegamento, unos rotuladores y alguna grapa han acabado un poco malheridas; pero quizá os inspiren para entreteneros el año que viene y hacer vuestro propio disfraz... o tal vez sirva de inspiración a nuestras amigas fieltreras para unos broches terroríficos que regalar estas Navidades.
Desde aquí reivindicar, además del disfraz artesano, que si los niños piden premios a sus vecinos, en vez de una amenaza, se debería estimular que hiciesen algo a cambio (cantar una canción, bajar la basura) y pedir que se racionalice el donativo de chucherías: calorías vacías que no ayudan en nada a los pequeños. ¿Por qué no ofrecer otro tipo de alimentos o incluso pequeños regalos que estimulen la creatividad?
¡Qué buena la del ojo colgando!
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